Clasifican las prendas que son re-utilizables y las que no, las trituran para hacer aislantes de automóviles y materiales para crear nueva ropa.
Reciclar se ha convertido en una de las prácticas obligadas en el mundo. Hay reciclaje de llantas, de plástico, de papel, incluso, una nueva tendencia es la de ropa. En Wolfen, Alemania, una multinacional suiza decidió recolectar la ropa que ya nadie usa y clasificarla entre las que se pueden volver a poner y en las que se pueden vender en el mercado, para hacer productos como bayetas de limpieza y aislantes para la construcción y el carro.
Así lo cuenta al periódico El País Paul Dörtenbach, empleado de la empresa, quien agregó que a diario se salvan “millones de prendas de morir incineradas”. Y no es poca cosa. Vale la pena recordar que para confeccionar una camiseta se gasta entre 2.000 y 2.900 litros de agua, una cantidad que podría alcanzar para cultivar y procesar el algodón con la que se crea. Eso quiere decir que botarla a la basura es también desperdiciar materia de la naturaleza.
Según cuenta el diario español, en Europa se desechan seis millones de toneladas de textiles al año y solo el 25% son reutilizados por plantas como esta. El proceso es arduo: alrededor de 800 empleados detallan todas las prendas y las meten en diferentes cajones para separar los pantalones, los sacos, los vestidos, las faldas. La ropa siempre está en bolsas amarillas suspendidas en el aire, que son controladas por un sistema que identifica en qué parten del proceso van.
Quienes clasifican si sirven o no son un grupo de mujeres, que han sido capacitadas en formación sobe la moda y la calidad de los textiles. Después, las prendas se almacenan en paquetes en un almacén gigante, para luego ser exportados a las tiendas de Europa del Este y los grandes mercados de África (ropas de blancos muertos, como las llaman en Nigeria, Kenia y Tanzania).
La ropa que no pasó la prueba de calidad, cuenta El País, se va a la trituradora: “los tejidos son descuartizados primero en una máquina grande y luego en otra más pequeña. Se mezclan y cortan a medida de las necesidades: fibra para la industria del automóvil, utilizada como aislante; una pelusa gris que se aprieta hasta formar una especie de ladrillo para forrar los techos de las casas; e incluso una mezcla que puede ser reutilizada para confeccionar ropa nueva”.
Un caso para confeccionar ropa nueva con la reutilizable es la de los vaqueros de Henrik Lampa, responsable de Sostenibilidad Medioambiental de H&M. Los pantalones se hacen con un 20% algodón reciclado. “Los expertos siguen investigando y estoy convencido de que, en no mucho tiempo, ese porcentaje podrá aumentar sin mermar la calidad del tejido”, explica Dörtenbach.
Otros de las marcas famosas que se han unido a esta iniciativa son Puma y The North Face. Y es que esto tiene una razón de ser: ahora la moda tiene un discurso ecológico. Así lo cree Franziska Schmid, experta en este tema: “en los últimos diez años se ha convertido en una tendencia cada vez más popular, y va en ascenso. Ya no solo se trata de pequeñas marcas aisladas. Los consumidores son cada vez más exigentes en este sentido”.
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