A las 5:09 de la mañana del 7 de julio del 2007, hace exactamente nueve años, la plaza de Cusco estalló de alegría cuando desde Lisboa (Portugal) llegó el anuncio de que Machu Picchu había sido elegida entre las Siete Nuevas Maravillas del Mundo.

En los días siguientes, autoridades del sector anunciaron que Machu Picchu, que en ese entonces recibía a 1.800 turistas diariamente, podría acoger a 5.000 tras el nombramiento. Todo era motivo de celebración.

Nueve años después, la situación es otra. Por el mal manejo de residuos sólidos en Machu Picchu Pueblo (también conocido como Aguas Calientes), punto de reunión de los visitantes, la Unesco evaluará en el 2017 la inclusión de Machu Picchu en la lista de patrimonio en riesgo. Según el alcalde David Gayoso, esta es la fecha límite para cumplir las mejoras planteadas.

-Sólido problema-
El mal olor obliga a cubrirse el rostro y a acelerar el paso ante la presencia de miles de mosquitos. Cientos de bolsas de basura acumuladas son la causa de esta desagradable situación, nada menos que en la entrada del Santuario Histórico de Machu Picchu, declarado Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1981, hace 35 años.

El lugar, conocido como Puente Ruinas, es el principal punto de acceso y salida de los más de 3.000 turistas que recorren el santuario inca cada día. Allí van a parar, diariamente, 14 toneladas de basura proveniente de Machu Picchu Pueblo, ubicado a un kilómetro de distancia.

“Por nuestra geografía, no hay otro espacio donde podamos colocar estos residuos. Estamos en un área natural protegida y no podemos tener aquí rellenos sanitarios”, explica Gayoso.

En el distrito, la basura se recoge tres veces al día. En las mañanas y tardes, hombres y mujeres con carretillas recorren los más de cien hospedajes y restaurantes recogiendo plásticos y papeles. Este material es llevado a una planta cercana, donde es picado y depositado en sacos. En las noches, se recoge todo el desecho orgánico, que es llevado al único camión recolector de basura, que luego se encarga de trasladarlo a Puente Ruinas.

Una de las consecuencias de la acumulación de basura en la zona es la presencia creciente de roedores.

María Moreno, subgerenta de Gestión Ambiental de la comuna, indica que los residuos sólidos y orgánicos son extraídos del distrito en dos vagones de carga de la empresa Perú Rail, pero únicamente los miércoles y domingo. El destino es Ollantaytambo. Allí, camiones de la Municipalidad Distrital de Urubamba llevan parte de los residuos a un relleno sanitario, y el resto a plantas de reciclaje.

-En espera-

El problema del manejo de desechos en Machu Picchu no es nuevo, pero se ha recrudecido por el aumento de las visitas. Según la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo, en el 2007, cuando fue nombrada una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo, recibía 1’401.444 turistas; en el 2015 arribaron al lugar 2’881.667, más del doble.

Karim Núñez, especialista en manejo de desechos del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), comenta que antes el traslado de basura era aun más espaciado, y la situación más crítica.

El alcalde Gayoso explica que entre las recomendaciones de la Unesco figura la construcción de una planta de tratamiento. Este proyecto requiere una financiación de S/6 millones. “Tenemos el compromiso del Ministerio del Ambiente de apoyarnos en su construcción; no contamos con esos fondos”.

Fernando Astete, jefe del Parque Arqueológico de Machu Picchu, maneja otra propuesta interesante: “Todos los que generan residuos deben colaborar. Aquí prácticamente no se pagan arbitrios; con una contribución similar se podría financiar dicha planta”.

Noticia publicada originalmente en: http://elcomercio.pe/sociedad/cusco/basural-machu-picchu-pueblo-mal-manejo-residuos-noticia-1914986